domingo, 11 de septiembre de 2016

José Miguel Vivanco a manteles con los cancerberos del régimen y la impunidad colombiana



Hace tiempo que lo venía sospechando: José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch, le estaría haciendo el favor a la ultraderecha latinoamericana.

Por: Luis Carlos Pulgarín Ceballos / Democracia en la Red.

Ha puesto la otrora confiable e independiente ONG de derechos humanos al servicio de los intereses capitales de una ultraderecha fascista y salvajemente neoliberal representada por personajes tan nefastos como los herederos de Carlos Andrés Pérez en Venezuela (herederos golpistas tipo Leopoldo López y Henrique Capriles), y los funestos ex gobernantes de Colombia Andrés Pastrana; Belisario Betancourt, Cesar Gaviria, Álvaro Uribe y, ahora, el bachiller Enrique Peñalosa, alcalde de Bogotá, que se suma a esta jauría de hienas colombianas que en sus respectivos gobiernos llenaron de lutos e impunidad el país y hoy pretenden hacer de defensores de las democracias ajenas.

El descrédito de la ONG de Derechos Humanos no podía ser más evidente, su director para las Américas, el señor Vivanco, coincide en un mismo escenario con ex presidentes tan cuestionados y con tantas investigaciones por violación de Derechos Humanos como Álvaro Uribe Vélez; lo hace para abogar por los golpistas presos políticos de Venezuela; para hacerle coro al show de una esposa rica que se ha convertido en la vedette de la vergonzante derecha de Venezuela en su lucha desesperada por la retoma del poder; y lo hace en Colombia donde la situación de Derechos Humanos se desborda, donde existen miles de presos políticos en situaciones degradantes, donde uno de sus vecinos de mesa -en el supuesto lanzamiento del libro dedicado al golpista Leopoldo López-, persiguió de manera criminal a cientos de opositores a su régimen; opositores que fueron y siguen siendo tachados de terroristas; cientos de académicos, estudiantes, líderes campesinos e indígenas empapelados de manera infame a quienes se les cobra el valor de enfrentar el régimen; condenados a las cloacas carcelarias del país.

Sí, quién lo creyera: Vivanco vino a Colombia, compartió la mesa con personajes como Álvaro Uribe Vélez quien en su periodo persiguió de manera perversa a decenas de periodista y defensores de Derechos Humanos; criminalizó muchos de aquellos que hoy son presos políticos colombianos tan sólo por hacerle oposición a su régimen parapetado en la narcoparapolítica; quien dejó profundos saldos rojos en su política de Derechos Humanos: agudizó la situación de desplazamiento, sin duda alguna fue el determinador de miles de ajusticiamientos extrajudiciales –los mal denominados falsos positivos-, aumentó las cifras escalofriantes de desaparecidos, y pare de contar porque el inventario es largo.

Vivanco habla de los presos políticos de Venezuela para no desentonar con Uribe, Pastrana y los demás intervencionistas colombianos. Con su presencia en el mismo evento, Vivanco le hace gran favor a estos personajes de la rancia oligarquía política colombiana: los reencaucha en la política internacional y les ayuda a limpiar las manchas de impunidad que los cubre. José Miguel Vivanco convierte en un aparato político de derecha la otrora prestigiosa Human Rights Watch; en un escenario donde podría mostrar una actitud imparcial, se suma a las voces de quienes, al menos en Colombia, no tienen la autoridad moral para clamar por libertades democráticas ajenas. 

Qué bueno hubiera sido que el señor Vivanco, aprovechando la ocasión y su investidura, le hubiera planteado a los asistentes de tan encumbrado acto, el tema de los presos políticos que el régimen colombiano tortura de manera permanente en las oprobiosas cárceles del país; los presos políticos que Betancourt, Gaviria, Pastrana y Uribe condenaron a la agonía, al desprestigio, a la muerte social y física en la más absoluta impunidad.

Quién lo iba a pensar tan sólo unos años atrás; una entidad tan respetable como la Human Rights Watch perdiendo su independencia frente a la más recalcitrante ultraderecha colombiana; legitimando con la presencia de su director para las Américas, en la misma mesa de invitados especiales, a los más fieros cancerberos del régimen y la criminalidad colombiana. 

Triste muy triste señor Vivanco que usted pase por alto el amplio prontuario de personajes que, como es el caso de Álvaro Uribe Vélez, deberían estar a las puertas de la Corte Penal Internacional juzgados por crímenes de lesa humanidad y no compartiendo a manteles con el director de una de las que, hasta hace poco, era una de las más confiables ONGs defensoras de Derechos Humanos en el nivel internacional.

Nos queda pendiente por averiguar si el bachiller Enrique Peñalosa, Alcalde de Bogotá, puede hacer este tipo de intervenciones en política; si está autorizado para gastarse la plata de los bogotanos organizando estos eventos que atacan directamente la soberanía de un país hermano como Venezuela y, también, preguntarle a sus electores si lo eligieron para gobernar a Bogotá o para organizar cocteles de encuentro entre los más altos representantes de la impunidad colombiana, y de los que van en camino de ser los más altos representantes de la criminalidad venezolana. He dicho.

http://www.democraciaenlared.com/2016/05/jose-miguel-vivanco-manteles-con-los.html

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